
En un equipo bastante definido desde el inicio de temporada, hay ahora mismo una lucha encarnizada por un puesto en ese flanco izquierdo del ataque de El Molinón, la dicotomía Gaspar Campos o ‘Dani’ Queipo resuena en la cabeza del técnico del Sporting.
Que el conjunto rojiblanco no ha tenido ni de lejos el inicio de campaña deseado no es ningún secreto. Las sensaciones no son del todo buenas y el juego -en su mayoría- no está cumpliendo con las expectativas, lo que ha hecho saltar las alarmas a los más impacientes y críticos del lugar y me parece bien, aún entendiendo que es un proceso necesario, el fútbol no espera por nada ni nadie, y menos en un equipo con la aspiración constante de alcanzar de nuevo la élite.
Gaspar Campos es uno de los jugadores con más calidad técnica de la plantilla, tanto es así que viene de ser una pieza importante en la temporada pasada. El juego asociativo de los de MAR y las continuas llegadas de la segunda línea permitieron al gijonés cosechar unos números
que sin duda permitieron a los suyos estar arriba, sin embargo, este año, y con el equipo jugando otro tipo de fútbol parece tener la luz apagada y no encontrar el interruptor y es que Campos, pese a ser un fijo en las alineaciones de Rubén Albés en esa banda izquierda hasta su lesión, no parece estar tan acoplado como hasta entonces.
Queipo en cambio está encontrado su sitio. De ser el «sexto hombre,» ese revulsivo al que siempre se acudía la temporada pasada, a plantar cara por entrar de inicio y quién sabe si convertirse en un fijo. Si algo está claro es que al nueve del Sporting le está sentando bien este estilo más aguerrido, menos combinativo y de presión alta donde nada tiene que envidiar a sus competidores; la pelota está ahora en el tejado de Albés en la que es sin duda, su primera gran toma de decisión al frente del Sporting.