
El Sporting vence pero no convence, los números dan para estar en playoff dos temporadas después de estar peleando por la parte baja de la tabla, pero no es suficiente.
Vencer y convencer son cosas distintas, en Gijón lo entendemos bien, no basta con ganar, hay que aplastar y los tiempos son los que son. Este Sporting tiene claro que sacar puntos aunque se brille menos que antes viene bien para seguir la estela de los playoff, pese a quien pese y muy a pesar de lo que se ve en el campo el equipo busca la solidez perdida.
Ramírez templa los ánimos, nota que los quilates del juego bajan y lo compensa con brega y anulaciones, ¿se equivoca?, es posible, o tal vez no, veremos.
Cuando la temporada pasada vivíamos en la penuria de la derrota, la incertidumbre de no saber si por primera vez íbamos a abandonar el fútbol profesional aspirábamos a ganar algún que otro partido, hoy no vale, queremos ver al equipo más arriba y a ser posible, en ascenso directo.
No estamos bien, no pasa nada por decirlo alto y claro, no tenemos ritmo, nos falta fluidez, velocidad, precisión y lo más importante, fe. Toda la que nos falta es la que tiene el entrenador en sus mensajes, independientemente del resultado, en casa y fuera, todo lo ganado es oro, ante el último clasificado o ante el primero, es muy difícil ganar en esta liga, ya. Pero sí que es cierto que la parte buena es que nos viene mejor ir de tapados, a lo bajini, casi sin hacer ruido, o mejor dicho, aplicando la ley del mínimo esfuerzo.
Hay un tecla con la que no damos, pero daremos, recuperaremos efectivos y con ellos efectividad. El Sporting impone más respeto desde fuera que desde dentro. Pitos al equipo, a los jugadores, a los pases hacia atrás…¿pitos?, ¿de verdad?, ni que fuéramos la banda de Pancho Villa, por favor, que éramos el hazmerreir hace un año, uno.
No nos vale nada, ni estar en playoff, ni pelear con equipos que jugaban en primera no hace mucho, no vale el entrenador, los jugadores…¿se equivocan?, pues sí, varias veces cada uno de ellos, cómo yo y cómo tú.
Casi prefiero que termine esto, esta agonía de no saber si le puedo dar palos al entrenador, de decir eso de «ya lo dije yo», los malos fichajes, los delanteros que no marcan, los ataques de Guardiolitis, a ver si acabamos pronto y así puedo despotricar a gusto.
Será la edad, veo lo mismo que el resto, me frustra no ganar de manera más clara, me saca de quicio que no juegue Guille, no asumo que bajemos las pulsaciones el partido, no soporto la candidez de MAR, pero los lunes se me pasa. Disfrútenlo que no saben lo que lo que va a durar.
