El Molinón – Enrique Casto ‘Quini’ es el estadio más antiguo del fútbol español por ello ha recibido a muchos equipos del panorama español y Europeo a lo largo de toda su historia pero ninguno como este porque un derbi no es un partido cualquiera.
Ponte guapo viejo amigo, que hoy vuelvo a visitarte en un día especial, de esos que empiezan por un paseo por la playa como cuando era niño para seguir con todas y cada una de las costumbres de siempre y que terminan con veintidós gladiadores en busca del honor.
Sí, hoy se van a repartir los puntos correspondientes a la jornada 26 de la Liga Hypermotion pero… Son mucho más que tres puntos, es sin ningún tipo de duda una guerra sin cuartel con mucho más en juego donde unos intentarán volver al mapa fútbol de manera definitiva varias décadas después, otros buscarán recuperar la hegemonía y el respeto perdido durante los últimos años.
Es un partido que marca la diferencia más absoluta entre el todo y la nada, un encuentro que va a suponer para ambos conjuntos un punto de inflexión de cara a lo que resta de temporada.
Los equipos del Principado llegan séptimo y octavo respectivamente separados entre sí por un único punto y teniendo a tiro los puestos de promoción. Si bien es cierto que la dinámica y resultados de los de Carrión están siendo mejores, en un derbi todo es diferente.
Pese a llegar al encuentro con malas sensaciones y dos derrotas consecutivas ante Racing de Ferrol y Real Zaragoza, se espera una gran asistencia de más de 25.000 personas que ayude al equipo rojiblanco a recuperar la velocidad de crucero y es que eso mismo hizo saber en la previa del choque el entrenador local “quien cree que partimos con ventaja.”
Por su parte el Oviedo afronta su mejor momento en la temporada siendo uno de los equipos que mejor juega al fútbol en este tramo como así lo están reflejando los resultados.
Ya reza nuestro himno aquello de “Batalla sin cesar” y muchos no entendían por qué, aquí lo tienen.
Miguel Ángel, hoy no seas entrenador, hoy has de ser el general; no tienes futbolistas sino soldados y es que más que nunca está en juego la batalla que nos permitirá ganar la guerra, demostrarnos a nosotros mismos de lo que somos capaces y que no importa tanto el pasado como sembrar un futuro lleno de alegrías, porque para ellos el partido de hoy es un premio por haber salido del barro, para nosotros un castigo por haber caído nuevamente a los infiernos.