El partido conta el Amorebieta ha dejado una sensación muy agridulce entre el Sportinguismo, algunos sectores de la afición se lo han tomado prácticamente como una derrota. Parece que han caído en el olvido las 14 jornadas anteriores y los presagios de pretemporada.
El arranque de temporada del Real Sporting ha dejado sorprendido a todo el mundo, tras una pretemporada en la que se hablaba de luchar por la permanencia, la afición rojiblanca se ha encontrado un equipo que tiene intención de luchar por todo. Precisamente este rendimiento inesperado puede ser la raíz de la disconformidad que parecen sentir ciertos sectores de la grada. Pese a seguir segundos y haber hecho el segundo mejor arranque en liga en los últimos 12 años, para algunos el empate ante el Amorebieta ha sentado como una derrota.
El doble filo de las altas expectativas
Es evidente que la afición está volcada con este equipo, nada más hay que ver como se recibe al equipo cada 15 días cuando se juega en casa y como anima el estadio durante los 90 minutos. Este grupo ha logrado reenganchar a la ciudad con su gran rendimiento y ha sembrado en la afición grandes expectativas. Estas expectativas son muy peligrosas para el estado anímico de cualquier afición, porque se llega a un punto en el que se pierde la noción de la realidad y solo vale sumar de tres en tres para irse contentos a la cama.
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— Real Sporting (@RealSporting) November 11, 2023
Un claro ejemplo de esto que comento es el Real Zaragoza. El equipo maño empezó como un tiro y muchos de sus aficionados ya pensaban en un Zaragoza luchando por el ascenso directo. Después de 15 jornadas, llevan más de un mes sin ganar, están fuera de play-off y el ambiente es cada vez más tenso con un Fran Escribá que se pasea por la cuerda floja cada jornada.
Con esto quiero decir que todo lo que sea sumar debe verse como algo positivo, de hecho ese punto ha mantenido al equipo en ascenso directo una jornada más. Es cierto que fue una oportunidad perdida y que hubo muchas ocasiones para llevarse los tres puntos, pero el equipo lo intentó hasta el final. No se debe olvidar que venimos de luchar por la permanencia dos temporadas consecutivas, ni tampoco se deben olvidar las veces que la gente se fue enfadada del Molinón por la actitud del equipo.
El estado anímico del equipo empieza en la grada
Un error muy habitual que se comete en muchos de los estadios del fútbol español es la presión que se ejerce sobre los jugadores por un fallo en un momento puntual. Las últimas temporadas El Molinón también cayó en esa dinámica que acaba siendo destructiva, pero el estadio rojiblanco parece haber cambiado el chip esta temporada y cuando se falla un pase o un control ya no se escucha ese murmullo que era recurrente en años anteriores.
Lo más difícil es cambiar, cosa que El Molinón ya ha logrado hacer, ahora solo queda mantenerlo durante toda la temporada, independientemente del resultado y del momento del partido. Un buen ejemplo de esta cambio se vio el otro día, tras el error de Yáñez, la gente siguió animando y aplaudió al guardameta catalán. Si esto hubiese ocurrido otro año y en otro momento, seguramente la gente se echaría encima suya y eso solo lograría mermar más la confianza del jugador. Para ver otro gran ejemplo esta temporada, hay que recurrir otra vez al partido contra el Amorebieta, pese al empate la gente se quedó en el Fondo Sur a aplaudir a los jugadores y a mostrar la confianza que tienen depositada en ellos.
Vuestra 𝐩𝐚𝐬𝐢𝐨́𝐧, nuestra 𝐦𝐨𝐭𝐢𝐯𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.
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— Real Sporting (@RealSporting) November 12, 2023
Este es el camino, pero no debemos olvidar de donde venimos. Se pueden tener altas expectativas, pero debemos mantener los pies en la tierra y concienciarnos de que la temporada es muy larga. El empate con el Amorebieta hay que verlo como un punto más y no como dos puntos perdidos.