A veces el resultado es lo de menos, sin embargo la diferencia entre ganar y perder es mínima con respecto a lo vivido el pasado Sábado. Día inolvidable. Mi equipo, mi gente.
Pasado el día del partido en Santander ese que se marca en el calendario, es momento de repasar las horas vividas con mi equipo y mi gente. Muchos años viviendo en Santander y pocos, menos de los que nos gustaría, son los enfrentamientos entre Racing y Sporting. Día inolvidable con mi equipo y mi gente.
Son ya 18 años viviendo en la capital de Cantabria, en todos esos años los enfrentamientos entre Racing y Sporting siempre se convirtieron en especiales.
Todo empezaba en 2008, un año feliz para sportinguistas y racinguistas. El Sporting regresaba a primera división de la mano de Manolo Preciado.
Por su parte, el Racing de Marcelino se clasificaba por primera vez para una competición europea. Llegaba el momento más esperado, el enfrentamiento entre los dos equipos en un momento histórico para ambos, con dos entrenadores «cambiados» de sitio, el asturiano en el banquillo verdiblanco y el cántabro en el rojiblanco, sin embargo la historia no quiso que se enfrentaran, pero sí con el también asturiano Juan Ramón López Muñiz.
Fueron años difíciles en Gijón, diez años en segunda tras el negro descenso del 98, un tiempo de peregrinaje y penitencia por las cosas mal hechas. Sin embargo con la llegada de Preciado todo cambiaba, se recuperaba a la afición para la causa, apareció «La Mareona» que no dejó a su equipo solo en ningún desplazamiento, incluso hoy permanece vivo ese espíritu.
Por su parte el Racing ascendía en 2002, tras pasar un año en segunda, y se empezaba a construir en primera división los mejores años de su historia. Tras la salida precisamente de Preciado, Nando Yosu salvada in extremis al equipo en 2006. Luego llegó la temporada de Miguel Ángel Portugal, una pequeña transición desde la salida de Peterman. Pero no fue hasta la llegada de Marcelino García Toral donde el Racing vivía una temporada inolvidable.
A las puertas de un final de Copa, clasificándose para la UEFA y jugando partidos extraordinarios. La mala noticia de esa temporada fue la salida de Marcelino rumbo a un Zaragoza en segunda.
Llegó entonces el día, un Racing-Sporting y en la máxima categoría, con el intercambio astur-cántabro en los banquillos. La Mareona volvía a Santander y se dejó notar. Se volvió a vivir un gran ambiente en la ciudad, no tanto cómo las últimas veces, será que la segunda une más.
Cómo buenos hermanos, de la mano, los dos equipos en 2012 descendían. El Sporting tardó cinco años en volver a primera y el Racing, después de sus mejores temporadas entraba en su época más oscura. Indios, políticos, chorizos y encubridores hicieron que la entidad estuviera a punto de desaparecer. Fue la fuerza y la fe de sus aficionados los que consiguieron salvar al equipo.
Subidas y bajadas al infierno de la segunda b, penurias económicas y malas decisiones. Hoy el Racing es otro, estable, consolidado en la categoría por segundo año consecutivo (no se consiguió en los dos ascensos anteriores a segunda) y con una afición detrás que sabe lo que es su equipo y su gente.
Siempre será especial para mi un Racing-Sporting y viceversa. Santander me acogió y su equipo me enamoró, aunque no siempre fue así. Mi corazón no está partido, es sólo rojiblanco, pero aprendí a ser del Racing.
No puedo sino demostrar mi agradecimiento, felicidad y orgullo de sentirme asturiano en Cantabria, gijonés en Santander y sportinguista. Compartir las horas con tu gente, ver a los amigos, gente que solo ves aquí y ese día, aunque parezca una amistad de toda la vida, compartir tiempo, saludos, sonrisas, una cerveza...¿y el fútbol?, no pasa a un segundo plano, todo lo contrario, es el fútbol el que consigue esto. Para los que piensan que es sólo un deporte…les diré que entonces el corazón es sólo un órgano. Equipos de PRIMERA con GENTE DE PRIMERA.
Grande Loren!!!!!!!