El técnico del Sporting Miguel Ángel Ramírez en la rueda de prensa tras el partido ante el Tenerife, ensalzó a su paisano Rubén Castro a una pregunta sobre el quinto aniversario del fallecimiento de Quini.
No ha entrado con buen pie MAR en el Sporting, muchas son las dudas sobre sus métodos, el juego del equipo, sus discursos/mítines, su poco conocimiento de La Liga SmartBank y menos aún, desaprovechando oportunidades como la de la noche del Sábado tras la victoria ante el Tenerife. Números a parte, que son los que son, desde su llegada al banquillo del Sporting no cumplió ni una sola de sus «promesas» en cuanto a su definición de lo que le gusta y quiere para este equipo.
Ha pasado de querer ser dominador y jugar bien a poner el ganar por delante de todo, como los demás.
En mitad de la rueda de prensa en la que Ramírez dibuja el partido que solo el vio, se le hace una pregunta sobre el quinto (y fatídico) aniversario del fallecimiento de DON ENRIQUE CASTRO QUINI. Se le pide, cómo representante del club en ese momento, un mensaje de cara a la afición para tal efeméride, además, tras un triunfo importante.
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Comienza bien la respuesta, asumiendo la importancia de Quini para la entidad, la ciudad y el Sportinguismo, pero en un momento dado aprovecha para barrer para casa y ensalzar a un Canarión cómo Rubén Castro, que superó la anterior jornada a Quini cómo máximo goleador español entre primera y segunda.
Es un hecho y dato mata relato, Rubén Castro supera esa marca sí, pero no era ni el sitio, ni el día, ni el momento.
Miguel Ángel Ramírez demuestra una vez más, no saber donde está sentado, que escudo lleva en el pecho y que equipo tiene el privilegio de entrenar.
Acababa de ganar un partido en El Molinón Enrique Castro Quini, la jugada del gol nace de los pies de tres asturianos, de tres canteranos, ¿se puede ser más torpe?.
Sin duda el entrenador del Sporting no alcanza a comprender el significado de Quini para el sportinguismo, el mundo del fútbol en general y el dolor que todos tenemos por su pronta partida.
A lo mejor para él Rubén Castro es mejor por sus números, pero jamás será una leyenda, jamás será eterno y jamás se le tendrá el cariño y el respeto que futbolistas, ex futbolistas, entrenadores, ex entrenadores, rivales y compañeros tuvieron por el más grande de nuestra historia.
Para Ramírez Quini, es uno más que marcó muchos goles y puso una cifra «inalcanzable», hasta que llegó su paisano.
Que le vaya bien a MAR significa que le va bien al Sporting y eso es lo más importante, pero el mal sabor de boca por tamaña torpeza no se me va a olvidar fácilmente. Ramírez debería de ponerse de pie, lavarse la boca de tanto disparate que menciona y mirar al cielo y pedir perdón cada día que siga siendo entrenador del Real Sporting de Gijón.
Se puede ser peor o mejor profesional, se puede fallar y acertar, pero nunca se puede ser tan ruin de sentar en la misma mesa a Rubén Castro y a Don Enrique. Oportunidad perdida amigo, que ganes muchos partidos, este ya lo perdiste.