Este ilusionante SPORTING 2 – RAYO VALLECANO 0, nos hace merecedores de disfrutar de unos octavos de final. Soñemos, porque nos lo hemos ganado, ¿os imaginais, ver aquí en el Molinón otra vez a un grande?. Lo que si veremos al menos seguro, es un equipo de primera.
Soy de una generación como tantos y tantos Sportinguistas que hemos visto, sufrido y disfrutado con un Sporting de primera, en ocasiones en Europa e incluso incapaces de imaginar que podríamos competir en segunda división.
Coleccionábamos cromos donde siempre estaban los nuestros, Cundi, Jimenez, Joaquín, Ablanedo…, Estudio Estadio ponía nuestros resúmenes y eramos portada de periódicos deportivos el día que jugabas contra R. Madrid, Barcelona o AT. Madrid.
Volvamos el presente. Sin analizar ni profundizar en los porqués de nuestro actual peregrinaje por la segunda división, que hoy no vienen al caso. Dejando a un lado el club, la historia, el sentimiento (que lo es todo), vamos a centrarnos en lo deportivo, solo y exclusivamente en lo deportivo.
Actualmente somos un equipo de segunda y hay que decirlo. Duele, resquema, pero es nuestro actual sitio. Seguimos sintiendo orgullo de lo nuestro, del escudo, de los colores, de la mareona, pero de segunda. Hagamos la lectura que hagamos, ni siquiera somos un equipo “ascensor”. Los datos fríos nos lo dicen y hay que escucharlos, aunque solo sea para revertirlos:
– De las últimas diez temporadas solo 2 en primera.
– De las últimas 20 temporadas 5 en primera.
– Nuestra sexta temporada consecutiva en la categoría de plata del fútbol español.
Estamos acostumbrados a pensar que equipos por ejemplo como el Español, Osasuna, Getafe, Cádiz, Elche, Rayo Vallecano, Mallorca, Girona, Almería, Celta, Eibar, Granada, Valladolid… bien por habernos codeado con ellos o incluso vencerles en muchas ocasiones a lo largo de la historia, son iguales que nosotros o incluso peores. Gran error deportivamente son más que nosotros, para eso están las categorías. En este tema no hay discusión.
Pero esto no es un pensamiento derrotista, estos son los datos. Para darles la vuelta, lo primero es aceptarlos. Precisamente, esto es una huida de la frustración de no conseguir el objetivo de volver a primera. Una huida del negativismo que se nos instala y nos hace grises. Esto es un llamamiento a disfrutar de las cosas pequeñas.
En copa, esa competición que tratamos como menor y que en ocasiones consideramos que hay que tirar, porque lo que nos importa es la liga. Pues a veces, en copa, si lo haces bien, te viene un primera; el Valencia, el Betis, el Villarreal, el Cádiz. El Rayo de la actual campaña…
Es un regalo, un escaparate, una ocasión de volver a salir en la tele, disfrutémoslo como se merece, como un buen día de fútbol en el que sacar la rabia de querer siempre estar ahí, en lo más alto. No lo olvidemos, seamos ambiciosos, lo que queremos es estar siempre ahi, en primera. No siempre se puede, pero eso, que no nos impida, primero valorar al rival, aunque no sea uno de los primeros espadas que todos tenemos en mente y segundo disfrutar de un partido “de primera”, en nuestra casa, en el templo.
También hablo, del simple hecho de ir al fútbol. Con la locura de horarios, y lo ajustado de las fechas, que si te toca ir por semana, que si de lunes, que si de viernes, que si a la hora de comer, que si a la hora del vermut, que si por la tarde, que si por la noche… las prisas, la poca importancia que le damos al rival en muchas ocasiones, o incluso el momento futbolístico del Sporting… que no se nos olvide vibrar con nuestra pasión.
Esta realidad, a todos, pero sobre todo a los que ya peinamos alguna cana, nos hace a veces olvidarnos de disfrutar de las pequeñas cosas. De aquello que sentíamos cuando de guajes estabas esperando que llegara el domingo que jugábamos en casa. O de escucharlo por la radio o de verlo en un bar por la televisión, cada uno desde donde podía.
Escuchaba al hijo de un compañero de trabajo, a Miguel, el día que nos visitó el Valladolid la temporada pasada. Alucinaba con los “jugadorazos” de los pucelanos cuando los vio llegar al Molinón. Los había coleccionado a todos en cromos el año anterior, ya que le Valladolid había descendido esa temporada. Disfrutó como un enano. Al Molinón llegaban jugadores de primer nivel y estaba allí y los vio y pidió autógrafos a los nuestros y a los de ellos. Fue un disfrute total y eso que el resultado fue 1-2 para los visitantes.
No soy un ingenuo y se que no somos niños, y se que los resultados año tras año nos suelen decepcionar, a mi el primero, pero lo que quiero decir es que no se vuelva rutina el ver al Sporting, al menos en nuestro sentir. Bien sea en el campo, bien en la tele. Ojalá consigamos que sea el momento de la ilusión, de sentirse por un rato rojiblanco de los pies a la cabeza y disfrutar de la compañía, del café, de la cerveza, de sentir la camiseta que tanto amamos puesta, o la bufanda… Que nuestra pasión venza al resultado, aunque después de los 90 minutos la realidad nos diga si salió cara o cruz.
Quizás no gane partidos, quizás no sirva de mucho, pero vayamos con ganas con energia, con ilusión, con pasión al campo. Animemos a los nuestros y disfrutemos de un día de fútbol, de un día de Sporting, más allá del resultado que no nos engañemos, es lo más importante. Pero, antes y mientras el resultado se produce… disfrutemos de las pequeñas cosas.
Al micrófono de AHORA MAREO.
Contertulio en RADIO SPORTING.
SPORTINGUISTA por herencia y convicción